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Hay tradiciones que llevamos a cabo sin preguntarnos si tienen o no sentido para nosotros, simplemente han estado ahí y las hemos adoptado, aunque no nos signifiquen gran cosa. También hay tradiciones propias, aquellas que nosotros inventamos o aprendimos fuera del núcleo familiar y mantenemos porque nos hacen sentido y nos dejan algo de valor. Este último es el caso de la tradición que hoy te quiero compartir: la Palabra Faro, misma que puede guiarte a lo largo del año para alcanzar tus propósitos. La Palabra Faro es una tradición que llevo a cabo desde hace más de veinte años;  está inspirada en una costumbre de Japón que aprendí cuando viví en aquel país durante algún tiempo.

Dirección vs Propósito

Los japoneses no hacen su lista de propósitos de año nuevo como nosotros en México. Para ir logrando los objetivos que establecen en cualquier momento del año eligen la dirección que le quieren dar a su vida durante el nuevo ciclo, y esta dirección les sirve de guía a lo largo de los meses, sobre todo cuando pierden la motivación o el sentido de alguno de sus propósitos.

En cuanto a la Palabra Faro, esta es una palabra o frase corta que nos recuerda el aspecto de nosotros mismos que necesitamos fortalecer para tener la vida que deseamos. 

En general la Palabra Faro describe alguna virtud, habilidad, hábito o característica de nuestra personalidad que nos haría bien cultivar, pues no hacerlo ha sido un obstáculo en el pasado para alcanzar nuestros propósitos. Una manera en la que podemos confirmarlo es recordar cuáles son los propósitos que incluimos una y otra vez en esa lista de año nuevo pero nunca cumplimos. Por ejemplo, “Este año voy a salir a caminar media hora en las mañanas, de lunes a viernes”. Si logramos adquirir ese hábito, es probable que el siguiente año nuevo no incluyamos esta frase en nuestros propósitos, porque ya estará tan integrado a nuestra vida que ni siquiera lo consideraremos un objetivo, ¡ya estará cumplido!

Revisar nuestras motivaciones, propósitos y costes.

Pero si notamos que cada año, desde hace como diez, volvemos a ponerlo, quizá sea momento de revisar qué está pasando que no logramos cumplirlo. Hay varias posibles razones:

No tengo la suficiente motivación. Quizá no creo de verdad que lo necesito o ni siquiera es un objetivo que yo desee llevar a cabo, sino uno que se sabe que es bueno e incluyo en la lista porque todo el mundo lo hace.

No es realista. Tal vez soy una persona muy ocupada que simplemente no tiene la posibilidad de apartar media hora todos los días de la semana para salir a caminar; o quizá mi nivel de energía no me da para dedicar media hora  al ejercicio diario. Así que necesito replantear el propósito para que sea más realista y alcanzable en mis circunstancias personales.

Alguno de mis valores será vulnerado si logro llevar a cabo ese propósito. Esta posibilidad, a veces difícil de ver, es muy importante. En ocasiones, sin darnos cuenta, cumplir alguno de nuestros propósitos puede generarnos una pérdida en otro de los ámbitos de nuestra vida. Por ejemplo: puede ser que uno de mis propósitos sea salir a caminar media hora todas las mañanas de lunes a viernes, pero a lo mejor esto implica levantarme más temprano en una etapa en la que por mi trabajo me desvelo mucho. Cumplir con mi propósito puede vulnerar otro valor importante: mi salud mental. Si no descanso lo suficiente, estaré de mal humor durante el día, me sentiré estresada y es muy probable que pelee por nada con mi familia. El costo es tan alto que termino boicoteándome. Una vez que identifico la razón, puedo ajustar mi propósito de una manera en que no genere un conflicto de valores en mi vida, ya sea cambiando la hora, la frecuencia o ajustando mis horarios de trabajo.

De verdad quiero hacerlo, es realista, no vulnera otro de mis valores, pero de todas formas ¡no logro realizarlo! Cuando un propósito es muy importante para mí, está planteado de manera realista y no vulnera ninguno de mis valores pero aun así no logro alcanzarlo, es posible que me esté haciendo falta cambiar alguno de mis hábitos, adquirir alguna nueva habilidad o recordar la motivación más profunda de aquello que me he propuesto. ¿Para qué quiero hacerlo?, ¿de qué manera va a contribuir a que me siente más feliz, más en paz? Y aquí es donde entra mi Palabra Faro.

Cómo acuño mi Palabra Faro

A partir del ejemplo anterior, se me ocurre pensar que, por un lado, es importante trabajar en mi disciplina para no desperdiciar tanto tiempo en algo que me impide llevar a cabo lo que verdaderamente me interesa. Así que, o bien podría plantearme esto como otro propósito para la lista (dedicar nada más una hora al día a mis redes sociales, por ejemplo) o encontrar una Palabra Faro que me servirá no solo para lograr este objetivo ahora pendiente, sino para muchas otras cosas en la vida.

Algunos ejemplos de Palabra Faro para este caso podrían ser:

  • Fuerza de voluntad
  • Enfoque
  • Productividad
  • Presencia
  • Conexión con mi entorno
  • Vida real
  • Caricia de sol
  • Caballo de viento

Como puedes observar, las Palabras Faro que se proponen tienen algunas características en común:

  1. están escritas en positivo
  2. son palabras o frases cortas
  3. son concretas pero no específicas (es decir, no aplican sólo para el propósito que no has podido cumplir, sino que impactarán positivamente en toda tu vida)
  4. pueden hablar de un valor claro, de una experiencia asociada con aquello que queremos lograr, o incluso ser una metáfora que te acerque a las sensaciones que quieres experimentar con los propósitos que tienes pendientes.

¿Cómo usar tu Palabra Faro?

Como antes mencioné, el objetivo de la Palabra Faro es darnos dirección, exactamente como haría la luz de un faro si estuviéramos extraviados en el mar. En este caso funciona igual.

Retomemos nuestro ejemplo: seguramente a principio del año nos levantaremos temprano todas las mañanas para salir a hacer ejercicio como nos lo propusimos. Y lo haremos con empeño y disciplina por algún tiempo… quizá tres meses o dos… o unas cuantas semanas. Y luego, tal vez volveremos a perder la motivación y nos preguntaremos si de verdad vale la pena el esfuerzo, si realmente será tan necesario. Quizá con la caminata que dimos ayer en el súper sea suficiente. Y es ahí donde entra nuestra Palabra Faro que, por supuesto, tendremos a la vista para que nos oriente en esos momentos de debilidad, de dilema o de duda ante una decisión.

¿Nos acerca dicha decisión a nuestra Palabra Faro? Es decir, ¿nos lleva en la dirección que elegimos cuando la acuñamos? Si en vez de levantarnos temprano y salir a caminar antes de comenzar el día nos acurrucamos entre las cobijas y nos ponemos a ponerle likes a todas las publicaciones que nos presenta el Facebook, ¿nos sentiremos como un caballo de viento?, ¿sentiremos la caricia del sol?, ¿nos sentiremos en contacto con nuestro entorno?, ¿estaremos cultivando nuestra fuerza de voluntad?, ¿estará nuestra mente enfocada en lo que queremos?, ¿estaremos en presencia, experimentando la vida real?

Lo más probable es que responderemos que no a cualquiera de estos cuestionamientos, y eso nos puede dar la fuerza y la energía para no dejarnos llevar por la corriente, como ocurriría si estuviéramos en una embarcación a la deriva. Una vez que vemos la luz de nuestro faro, corregimos la dirección y movemos el timón hacia esa luz intermitente que nos orienta para llegar a destino.

Así que, ya sabes, este año, en lugar de tratar de pensar en nuevos propósitos, recupera aquellos que no has logrado cumplir:

  1. Revisa si siguen teniendo sentido para ti
  2. Revisa tu motivación
  3. Revisa que estén planteados de manera concreta y realista
  4. Revisa qué te ha faltado para poderlos cumplir
  5. Reflexiona e identifica qué virtud, hábito, habilidad o característica de tu personalidad tienes que fortalecer o cultivar para poder cumplir ese propósito, que sabes que de verdad anhelas alcanzar.
  6. A partir de esa reflexión elige tu palabra o frase.
  7. Escríbela o represéntala creativamente, para tenerla a la vista el resto del año. Te dará dirección.
  8. Déjate guiar por su luz, es tu propia luz.

Te deseo un 2022 lleno de claridad, curiosidad, alegría, fortaleza, determinación, presencia, amor, salud y mucha paz interior.   

 

5 comments on “Dirección para convertir los propósitos en logros: tu Palabra Faro

  1. Faro es un proyecto de vida para mantener nuestros objetivos claros y no desistir de lo que queremos de la vida . Con constancia y persistencia para lograr un bien personal . Se me hizo interesante y se aplica ahora que salimos de la pandemia, para orientar nuestras vidas a las actividades que nos dan sentido a nuestra vida.

  2. Me parece estupendo acuñar esta palabra *FARO* en mis objetivos y propósitos. Esta palabra, como dice el artículo, dará luz o un enfoque directo al cumplimiento de mis propósitos. Quizá pueda yo agregarle la palabra “emoción” a ese logro, para ver un buen final. FELICIDADES, por hacerme partícipe de esta buena reflexión.

  3. excelentes “tips” para lograr por fin cumplir los objetivos que nos trazamos y realmente tenemos la intención de llevar a cabo, pero que alguna o muchas situaciones se anteponen para lograrlos. Gracias!

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